jueves, 13 de noviembre de 2008

Estado existencial: MUJER

Recuerdo que cuando mi periodo llegò, una tía estaba de visita en casa y emocionada me dijo: "Ya eres una mujercita". Yo la veía confundida pensando qué demonios tenía que ver la sangre con la femeneidad y por qué tanta alharaca por mis dolores pélvicos.
Viene a mi memoria el día que Magdalena cumplió 15 años y mientras estábamos al teléfono, una tía se acercó a saludarla y le dijo que debía estar feliz porque estaba hecha una mujercita y que estaba muy linda. A propósito, esa también fue la época de los quinceañeros donde amistades de diversa índole disfrazadas de algodones de azúcar agradecían a sus padres y a Dios por haberles celebrado la fiesta transición de niña mujer.
Entonces pues, para algunas féminas, estos eventos tienen trascendencia y ratifican su status genérico. Para mí, ni el sangrado ni los 15 fueron evidencia de esa mal llamada "transición".
Y es que una crece y sabe que es mujer porque todo el cuerpo lo indica y tu mente lo respalda, pero en lo personal, el examen ginecológico fue lo que determinó mi condición de homo sapiens sapiens de sexo femenino.
Entro al consultorio y una camilla al otro lado del salón se ve totalmente fuera de lugar. Apenas irrumpo en ese lugar, sé que no pertenezco ahí. Me siento como intrusa en ese lugar tan pulcro y pareciera que el salòn quiere expulsarme. Pero es sólo mi idea, esto es necesario y tomo asiento sin pensarlo dos veces. Ella (la doctora) es amigable, datos generales y preguntas de rutina. De pronto y como jugando, estoy colocándome una bata tan delgada que daría lo mismo si no tuviese nada encima y lentamente me dirijo hacia la camilla. Ella dice que coopere, me relaje y respire. Yo miro al techo y me pregunto en qué momento me volví TAN mujer, qué demonios hago ahí y de pronto una sensación de entumecimiento me embarga. Entre toda mi confusión y mis deseos desesperados de convertirme en hombrecito (manotazos de ahogado), oigo que me dice que me relaje. Y tomo mucho aire, como si de esa inhalación dependiera la vida misma. Cierro los ojos y espero que pase, pero aunque nadie bajó la temperatura del aire acondicinado, en ese lugar todo es frío: sus manos, los instrumentos y mi cuerpo entero. Abro los ojos, miro a un costado y los dos algodoneros del cuadro norteño que adorna el lugar me sonríen y me regresan poco a poco a la realidad. La temperatura vuelve a la normalidad y todo ya va terminando. Ella sonríe amablemente y al verla me percato que tiene un aire a la algodonera del cuadro. La comodidad regresa y aunque salgo de ese consultorio sintiéndome una mujer propiamente dicha (para mi desdicha), atino a sonreír, porque en realidad es un alivio el que la tía de la primera menstruación no esté presente para celebrar inoportunamente esta ocasión.

lunes, 20 de octubre de 2008

¿Intolerante yo?

Algunos son intolerantes a la lactosa. Otros son alèrgicos al polvo o a algún medicamento. En mi caso, aparte de sufrir de las dos cuestiones anteriores, sufro de una intolerancia demencial a ese género musical ahora tan difundido, llamado cumbia.
Es bien sabido que en los últimos años han proliferado un sinnúmero de cantantes de este género y es bastante curioso: todos le cantan a lo mismo. Perdieron a la mujer de su vida y ahora disfrutan sufriendo con un movido fondo musical. Vienen en grupo, todos tienen el mismo terno y curiosamente uno siempre utiliza gafas de sol aunque esté en un espacio techado. Algunos tienen rizos hidratados y otros usan mucho gel para mantener esos lacios cabellos erectos como púas de puercoespín.
Hasta ahì no hay problema. Cada uno elige su oficio y nadie se mete con nadie. Mi problema es que los oigo en todos lados. En el taxi, en la calle, mi vecina bajò todo el repertorio del grupo 5, fui al cementerio y el niño que limpiaba los nichos unos metros más allá tenía una pequeña radio portátil donde sonaba un tipo pidiendo que lo curaran porque sufría de un mal de amor. Y para colmo de males, hasta los celulares tienen timbres así. Estaba en el banco y una chica recibiò un mensaje al son de la culebrìtica.
Me irritan, están hasta en mi sopa y la cereza del pastel es que días atrás oí que tomaron uno de mis valses preferidos y lo transformaron en este horrible sonido repetitivo y sufrido que al parecer abarca más espacio que la contaminación misma.
Ok. Mientras yo me quejo, ellos ganan 30 mil soles por concierto (según leí en algún lado) y aparecen en afiches por todo el país. Mientras yo destilo mi veneno, ellos producen un disco más y suenan 70 veces 7 en las emisoras. Pero celebro la libertad de expresión, mientras encerrada en mi habitación le subo el volumen a la música y trato de ganar lo que denomino una lucha de ondas sonoras contra mi vecina, una mujer que no encuentra mayor deleite que oìr cumbia a las 2 de la mañana.
¿Intolerante yo?

domingo, 14 de septiembre de 2008

Dosis de sinceridad

No es megalomanía. Se lo juro señores, es sólo que no puedo evitar la verborrea acerca de cómo es que yo estoy en lo correcto y ustedes no. No es sólo por amor propio que digo esto, créanme que también es sentido común.

¿Eso es lo que debería haberles dicho a esos hombrecillos enternados que me entrevistaron para convertirme en un miembro de la PEA?. En realidad no. Aquí empieza la historia que me ayudó a ser terriblemente feliz la semana pasada. Buscaba yo prácticas preprofesionales un tanto más interesantes a las que hago en la actualidad y me di con una convocatoria interesante. Dejé los papeles necesarios y pasados unos días me llamaron a tomar unos exámenes. Llegué relajada y salí histérica. Entré a las 4 y salí a las 7. Era matemática, cultura general, letras, conocimientos y encima para rematar un examen psicológico. Como la paciencia no es mi fuerte y ya acercándose las 7 de la noche, al iniciar el examen psicològico dibujé una niña atormentada con truenos y rayos alrededor, todo con tal de salir de ahí rápido. Di por sentado que esos resultados no saldrían nada bien y a juzgar por el dibujo, si me llamaban, sería para recomendarme un analista.

Pero llamaron y me citaron para la entrevista. Llegué a tiempo y me llevaron a una salita de juntas donde me encontré con dos hombrecitos enternados. Preguntas básicas, información simple, nada de mucha importancia. Hasta que llegó esa pregunta. ¿ERES PACIENTE Y BUENA PARA RESOLVER CONFLICTOS? Y hubiese podido responder con mesura, pero fue como si mi lengua tuviese vida propia. Les dije algo así como : "En efecto, soy una persona bastante paciente y puedo manejar diversas situaciones. Pocas veces pierdo los papeles, pero eso sí, toda conversación debe ser alturada, me disgusta mucho la gente irracional con la que uno no debe perder el tiempo". En cuanto terminè la frase ellos se quedaron mirando. Yo quería estallar en carcajadas pero aguanté hasta el final. Lo que siguió fue correcto, volví con las respuestas que a todo empleador le gustan, pero ya de plano había entrado en un plano de armonía y paz. Y es que era feliz. No me interesaba si me llamaban o no, había metido las cuatro y no me interesaba en lo más mínimo. Salí feliz y sincera, ratificándome en lo que dije. Algunos pueden pensar que el creer que no soy como el resto trae problemas, quien sabe a lo mejor soy más normal de lo normal (valga la redundancia), pero que más da, no caben filosofías ni exámenes de conciencia. Soy feliz, rara, imprudente. Debo reconocer que esto de ser políticamente incorrecta me está empezando a gustar.
Como cantaba con Eva María en épocas pasadas, "I'm so happy life's so good"

jueves, 11 de septiembre de 2008

Anosmia

Oí esa palabra por primera vez si mal no recuerdo en un dictado en tercero o cuarto de primaria, cuando una mujer llamada Mañuca (no sé por qué siempre pensé q era nombre de vaca) trataba de enseñarnos a escribir correctamente. Cuando terminaba el dictado, nos hacía subrayar las palabras nuevas para hallar su significado en esos diccionarios que uno llevaba forrado del color que tocaba ese año. Cuando supe qué significaba, me pareció curioso que la pérdida del olfato se denominara así. Y hasta llegué a pensar que el no percibir olores no tenía mucha importancia, pero han pasado muchos años y he comprendido todo lo que implica el oler, puesto que de vez en cuando me encuentro con un olor que trae a mi memoria recuerdos demasiado nítidos, como si estuviese viviendo el momento una vez más.

Cada vez que huelo formol en algún laboratorio, se me viene a la mente mi tía yaciendo en el féretro. El olor de la tierra húmeda me recuerda a la infancia incompleta y rara que se daba cuando mi abuela me llevaba a la tierra de donde es y me dejaba correr, saltar y ensuciarme, en fin, todo lo que mi mamá prohibía. El perfume de un tipo con el que salí alguna vez era el mismo del de mi ex novio y no pude tolerar el recuerdo, así que me despedí. La naftalina no sé porqué trae a mi memoria a una chica que estudió conmigo en el colegio que parecía viejita. La vainilla me hace recordar cuando tenía 3 o 4 años e iba a recoger a mi papá del trabajo. El olor a sopa con fideitos me trae a la memoria a mi abuela de padre. El pisco huele a Año Nuevo con unas amigas hace un par de años. Y podría continuar, pero eso de nacer cansada tiene sus repercusiones; y una de ellas es el desgano de esta noche y mi sed de algún fármaco para poder cerrar mis ya ojerosos ojos.

(Este fue un tributo a mi nariz, mi intención de reivindicar a uno de mis sentidos. Lo sé.Debería dormir)

lunes, 1 de septiembre de 2008

Hipocondriaca

Supongo que aunque no es genético, de alguna extraña manera esta manía de imaginar que todo te duele más de lo normal corre en la familia. No malinterpretar, no somos noveleros (bueno yo sí, lo acepto), pero en cuanto estornudo empiezo a pensar en la fiebre alta que me postrará en cama ese fin de semana o cosa parecida. Confieso que fui hasta los límites meses atrás cuando fue necesaria la biopsia de estómago para revisar ese desordenado órgano lleno de imperfecciones y empecé a creer que el cáncer de estómago estaba terminando conmigo y hasta me visualicé amarilla por la quimioterapia.
Y ahora como cereza del pastel, tengo algo en el pecho. No sé qué demonios es, pero tengo un dolor que parecen dos. Y como siempre, ya me diagnostiqué. He elegido tener cáncer de mama. Me siento cercenada de antemano. Imagino que todos me observan la boobie sin ninguna finalidad interesante, sólo médica y detectan algo como muy avanzado. Talvez eso sea por el trauma por el que pasé cuando fui al oncólogo por primera vez para que me auscultara. Fue muy raro el hombrecito de metro cincuenta con gafas y manos que parecían de ama de casa que se pasa el día lavando platos. Me examinó con una tosquedad que me dejó impactada. Y no es que esperara que fuese emocionante el asunto, es sólo que creí que por lo menos el viejo duende me sonreiría para que entrara en ambiente. Nada. Tosco y parco.
Pues bien, este es el drama de la semana. Yo estoy muriendo hasta que el erudito en ciencias médicas diga lo contrario. Sólo espero que esta vez el pequeño galeno me regale una sonrisa y se humecte un poco las manos. Veamos qué pasa...

domingo, 24 de agosto de 2008

Don Manuel

Hace mucho tiempo que no recordaba a Don Manuel. Supongo que una parte de mi subconsciente bloqueó a ese personaje que rondó mi recién estrenada adolescencia de antaño, porque de una u otra manera recordarlo siempre me dejaba un sinsabor y una inmensa sensación de nostalgia. Hace 10 años que no lo traía a mi mente de una manera tan nítida como hoy. Y es que ese viejito con rostro bonachón fue algo así como mi primer amigo grande. Y no de esas amistades de tus padres que por extensión son gente que te cae bien y que tienen hijos que son tus "primos de cariño". No. Don Manuel era mi amigo porque yo lo encontré.
Tenía un sombrerito color café que ocultaba su calvicie y las cuatro canas que le quedaban. Era taxista. A su taxi siempre siempre lo consideré peculiar. Era realmente enorme, como esos autos que vienen incluidos en los paquetes de las funerarias y yo; por no haber sido privilegiada con los genes paternos, salí enana y me veía más enana aún sentada en aquel vehículo. Recuerdo que me llevaba todos los días al lugar donde estudiaba inglés. Conversábamos de todo un poco en el trayecto, bromeábamos y siempre se quedaba a ver que cruzara con cuidado la pista. Era en verdad un señor adorable.
Con el tiempo la confianza se incrementó, así que en verano cuando me recogía y yo lo esperaba con algún helado o chocolate, ésos que la esposa le prohibía comer por eso de la glucosa y todo el rollo que yo no tenía el menor ánimo de comprender en esa época. En realidad la pasaba bien en aquel trayecto de 5 minutos. Como estaba entrado en años a veces se olvidaba de pasar por mí, así que le compraba paquetes de post it para que apuntara lo que tenía que hacer. Encontraba algo bastante interesante en ese hombrecito bueno y en su aspecto de abuelito buena gente, le tenía mucho cariño y supongo que él a mí.
Llegaron mis vacaciones y papá decidió llevarnos a todos a Disney. Yo encantada por el paseo corrí a contárselo al taxista amigo y no lo encontré en su lugar de siempre. Me pareció extraño, pero como partía pronto y tenía tantas cosas en la cabeza, partí sin despedirme. Mi viaje duró 2 semanas. Y cuando llegué a retomar las clases de inglés, pasé a buscarlo para que me llevara y no estaba. No sabía en dónde se había metido. Talvez estaba de vacaciones, pensé. Pero días después mi mamá me dijo que el sr. taxista ya no me recogería, porque se había muerto.
No pude creerlo y lo último que recuerdo de ese día que resultó tan extraño fue que por esos excesos de consideración de los que somos víctimas mi familia y yo, fue a dar el pésame a una señora a la que sólo conocía por aquellas conversaciones en el trayecto al instituto. Todo se volvió concreto en ese día: su casa, sus hijos, la esposa, el perro. Todo lo que me contaba estaba frente a mis ojos y yo no podía soportarlo. Entregué la tarjetita, esa que dice mis más sentido pésame y cosas como "Entiendo tu dolor" (cuando en realidad no entiendes nada) y fui corriendo a casa.
Lloré a mi amigo, porque nunca antes nadie a quien quería se había muerto y mi mamá dijo eso que todos dicen cuando alguien se muere, que talvez era mejor así y que aquí el iba a sufrir mucho con esa enfermedad.
Espera. ¿De qué demonios hablaba? ¿Qué enfermedad? Ella dijo que él tenía ya buen tiempo con leucemia. Supongo que ese día aprendí a quedarme atónita porque no podía salir de mi asombro. Todo ese tiempo el viejito buena gente había estado muriéndose frente a mis ojos y no me lo había contado. Llegué a sentirme hasta traicionada porque mi amigo no me dijo nada de su padecer, me enfadé con su memoria por su falta de sinceridad y de alguna extraña manera, esa parte de mi vida fue bloqueada.
Hasta hoy que lo recordé y tuve la imperiosa necesidad de escribir algo así. Talvez para convencerme a mí misma que el viejito existió y que en realidad su falta de sinceridad no fue eso, sino fue simplemente una de las más puras y diáfanas muestras de consideración.

martes, 12 de agosto de 2008

13

Mañana es 13. Y para ser sincera, no considero que sea un día especial, más bien era la fecha para sacar el cálculo y sorprendernos de cuánto tiempo nos seguíamos aguantando (en el buen sentido de la palabra). Y digo era, porque lo que fue ya no es y mañana encima es 13.
Y hubiese podido llegar a tener 22, pero no los cumplí. Y no es falta de cariño, es neurastenia pura. Es perderle la fe a alguien de a poquitos y pensar que algo se está perdiendo. Mañana es 13 y llegó hoy por tregua, la cual yo ya no perseguía. No tenía bandera blanca para agitar, ni siquiera un pedacito de papel higiénico para sacar del bolsillo y declarar que la fiesta estaba en paz.
Y terminé de hablar de manera mesurada y tranquila, respiré naturalmente y me despedí. Y no le agradecí nada porque eso estaba de más. Porque no cabían más palabras ahí y porque si me quedaba un segundo más, era probable que no me fuera.
Y mañana es 13 y yo cerré la puerta de casa y por un segundo tuve la imperiosa necesidad de salir y decirle que todo era broma, porque con él todo siempre era así. Pero no se pudo esta vez, porque de pronto había aprendido a hablar en serio y las cosas se veían grises.
Porque tuve 2,6,10,16 y 21..pero no 22...y mañana es 13 y soy terriblemente infeliz como lombriz...

martes, 15 de julio de 2008

Y qué?

Mucha gente me llama harpía y hasta hace poco, me importaba algo. Ahora, simplemente me da lo mismo ser tan abyecta como el demonio que poseyó a Linda Blair que hizo que bajara las escaleras como arañita. Puedo aceptarlo y manejar la posibilidad de que me irritan muchas cosas. Me jode terriblemente el ruido, especialmente las carcajadas bulliciosas de gente que celebra alguna broma sin sentido por más de media hora y se ríen sin ganas, golpeando algún mobiliario (léase silla, mesa, o cualquier objeto que soporte varios golpes seguidos sin quebrarse). Odio cuando alguien se acerca a saludarte y en vez de darle un beso "al aire", de pronto te encestan un beso realmente efusivo tipo san bernardo y te dejan toda la cara llena de babas. O cuando los hombres (sin discriminar edades) deciden que en aras de su comodidad sería óptimo arreglarse los "detalles" sin importarle quién ande alrededor. Si yo no me toco en público, ¿qué les hace pensar a ellos que está bien que ellos lo hagan?. La gente pacífica que pretende que la vida es amor y te sonríen todo el día sin razón y hasta pueden parafrasear a Deepak Chopra para derramar optimismo por todos lados. Si los libros de autoayuda no son lo mío, menos lo serán la gente que puede decirte que para ser feliz con los demás, primero debes apelar a tu confianza interna. A los hombres que preguntan la hora para iniciar una conversación. A la gente que tiene locutorios o un celular en la mano y se acercan y te dicen todo el día: "Llamadas joven, llamadas". Tengo ganas de ahorcar a aquellos que no te conocen y te dicen "amiga", "amix", "amia" y sus derivados. A los hombres que dicen "te amo" al segundo día de relación. A la gente que aplaude por todo: muere un mosco., aplauso. Pasa su vieja, aplauso. Todo para ellos es una fiesta. A los viejos verdes que pretenden levantarse una chibola sin darse cuenta que si con las justas están en pie, difícil será desempeñar semejante actuación. Detesto a a Telefónica que no me deja hablar tranquila con mi cabra e imposibilita que exorcise mis demonios interiores. Odio los fordwards de Cristo, de amor, de amistad y sobre todos esos que dicen que reenvíes y aparecerá la primera letra del nombre de tu verdadero amor. Me exaspera la gente que llora por todo y hasta sin razón. Peor aún los que usan lágrimas-remedio (solucionemos el conflicto llorando, porque soy sensible). Pero sobretodo odio al maldito antivirus que al parecer no funciona en esta freaking laptop. Patearé este aparato.
Soy harpía...so what?

domingo, 15 de junio de 2008

Aprendiendo?

En estos ùltimos tres meses he aprendido lo siguiente de mi jefe:

- Que la mùsica cristiana viene en diversas formas y colores.

- Que al parecer Barbas era salsero y amaba el merengue, porque he oìdo 400000000000 versiones de Hossana y Santo distintas.

- Que si no quiero tener hijos, entonces soy lo que el tipo éste llama "marimacha".

- Que si no leo la Biblia todos los días, voy a arder como un pollo broaster en el sétimo círculo del infierno.

- Que si no quiero casarme y hacer feliz de por vida a un hombre, entonces debo ir al psicólogo con urgencia.

- Que la homosexualidad tiene cura y que su grupo de oración también quita la mariconada.

- Que si tuviese un hijo amanerado, él habría fallado como padre por no enseñarle a ser un buen machito.

- Que como èl es carismàtico...un día de éstos, hablará varias lenguas...

- Que en su grupo curan enfermedades de todo tipo (me pregunto si venéreas también)

...Que alguien me explique còmo hago para respetar a mi querido y ungido por el espìritu jefe...

lunes, 26 de mayo de 2008

MEDIAS tintas

Era un lunes por la tarde y esperaba sentada en una banca que empezara la clase de Filosofía. Dos niñas más estaban sentadas junto a mí; y mientras nos preguntábamos porqué demonios no llegaba el gran filòsofo, nos golpeó una interrogante, que dicho sea de paso, no es la primera vez que oigo. Queríamos saber por qué la mayoría de hombres no se quitan las medias durante el "acto amatorio" (léase sexo).
Es así como empezamos a conjeturar diversas opciones, pero nada es mejor que obtener respuestas de la fuente directa. Esta es una recopilación de la información obtenida. Ojalá ayude a las mujeres a entender el porqué de este recurrente problema antiestético que una nunca termina de entender.
Oye tú, hombre, ¿Por qué no te sacas las medias al momento de tener sexo?
1. "Si estoy en todo el foreplay, todo cae: la falda, el jean...pero las medias no...así que no hay forma que me separe de ella y le diga que espere mientras me las saco. Eso arruinarìa el momento"
2. "Si no estoy en mi casa ni en la de ella y simplemente estoy en un hotel o algún lugar improvisado, no tengo la plena seguridad de que sea un ambiente libre de hongos, así que dejo mis medias puestas porque no soy ningún novato que terminarà con una seta del tamaño de la casa de papá pitufo en el pie."
3. "Por màs que disfrute el sexo, nunca he sido muy saludable que digamos y mi mamá me dijo que si camino sin medias, me resfriarè aún más rápido."
4. "Debo aceptar que no me corto las uñas muy seguido, así que me no creo que le guste ver mis garras."
5. "Cuando estoy con una mujer, ella se despoja de todo. En cambio yo, al usar mis medias, tengo una sensación de poder sobre ella, como si con ellas dominara la situación."
6. "Simple y llanamente, tengo frío."
7. "Soy deportista y tuve pie de atleta. Mis pies son sinceramente horribles."
8. "Una vez me filmé con el celular de mi enamorada mientras lo hacíamos y ver mis medias como tan fuera de lugar, me causó gracia. Así que no me las saco, porque me gusta dar la contra."
9. "Sacarse las medias es perder tiempo por las puras. Las mujeres ni cuenta se dan al final."
Ok. Ahí las tienen. Son las irreverentes y sinceras respuestas de varios hombrecitos que optaron por decir la verdad acarce de su relación cuasi fraternal con esas simples prendas de vestir.
Ahora bien, se debe mencionar que las mujeres sí nos percatamos del detalle. Porque si todo tú, muchacho, eres trigueño; esas medias blancas, plomas o azules..como que desentonan con tu color de piel. Nos damos cuenta porque cuando pasó el momento y vemos moverse bajo el algodón a esos 10 prisioneros no podemos dejar de pensar: ¿Por qué demonios no se saca esas malditas medias?¿Será que acaso tiene 6 dedos?¿Membranas interdactilares como un pato?¿Un enorme champignon?....
Era un lunes por la tarde, no llegó el profesor..pero igual filosofé...

domingo, 11 de mayo de 2008

Mi mamá no me mima

Aún puedo recordar con claridad como me preparaba para la actuación del día de la madre en el colegio. La primera vez no la recuerdo con tanto detalle, pero tengo una foto que lo dice todo. Una niña de kinder 5 años con un uniforme horrible y un moñito que parecía una palmera. Era ella en un enorme patio acompañada de un micrófono y alrededor, cientos de alumnas mirando ya sea con atención o desgano.
¿Qué demonios hace esta niña parada con el micrófono?¿Acaso canta? o aún mejor : ¿Será que canta y baila al mismo tiempo?. Nada de eso. Ella recita un poema para todas las mamás.
Tengo àlbumes de fotos en los que el micrófono sigue estando en el mismo lugar y yo; aunque con un poco más de edad, pues lamentablemente presento las mismas fachas. Cada año me escogían para alegrarle la vida al profesorado y madres cariñosas que aceptarían sentarse bajo el sol, sólo por ver a su hija hacer una pirueta o decir una línea.
Mientras veía las caras de las mamás aplaudiendo y haciendo el barullo del caso; no recuerdo haber visto la cara de mi mamá por ahí. Lo curioso es que trabajaba en el mismo colegio en el que estudiaba. ¿Por qué no me iba a ver?
Pasaron los años y debo confesar que le rehuí a todas esas cuestiones. Hasta que me cambié de colegio y nos obligaron a todas a escribir una composición acerca de tu mamá. Como la mía es poco convencional, pues escribí lo que todos esperan oír: Madre abnegada, madre mártir, madre amor. En fin, resulta que la composición ganó en el concurso interno y fui coaccionada a salir a leerla. Aún recuerdo que mientras me paraba frente al estrado y leía mi supuesto triunfo; me sentía totalmente mentirosa...diablos! La mujer de la composición era todas menos mi vieja!!! Me sentí toda una farsante.
Y es que cuando digo que mi mamá es poco convencional, no es sólo un decir. Mi mamá es un ser raro. No me malinterpreten; la adoro, pero eso no le quita lo bizarra. El asunto es que MI MAMA NO ME MIMA!!!
1. Ella no cocina. Sabe cocinar, pero no lo hace porque de pronto le da flojera. Cuando se da cuenta que estamos optando por el canibalismo; toma una sopa de sobre, vacea el contenido en una olla y nos llama porque el almuerzo está servido.
2. Ella rehuye al contacto físico. Si le das un beso cerca a la oreja, dice que el ruido le fastidia. Si la abrazas después de almorzar, de pronto quiere arrojar. Y si aún así quiero ser cariñosa y pongo mi brazo un poquito más arriba de su barriga, de pronto la estoy ahogando.
3. Ella no consuela. Si tengo pesadillas y voy a verla a su cuarto, ella me redirecciona de vuelta al mío porque ocupo mucho espacio en su cama y tres en una cama de dos plazas..pues son multitud!
4. Ella no tiene alma de enfermerita. Cuando tengo fiebre, me aconseja que vaya por pastillas a la farmacia.
5. Ella no guarda recuerdos. Llevé a casa diplomas año tras año...y de alguna manera todos terminaron en la parte más alta del repostero. Lo mismo sucede con las tarjetas; ella las pierde de vista, hasta que se confunden y terminan probablemente entre las hojas de la Biblia o algún Petete de antaño.
Que esta entrada no suene a trauma infantil. Yo adoro a mi mamá. Es linda y súper inteligente, además de funcionar bien de amiga. Pero su fuerte nunca fue la maternidad. Magdalena cree que fuimos cambiadas al nacer. Su madre es mamá-miel y siempre busca abrazarla mientras ella corre despavorida evitàndola de todas las maneras posibles. Yo en cambio, hija-miel, corro detrás de mi vieja mientras ella se rehúsa a ser tocada por más de minuto y medio.
No me quejo, ella es rara para mí o talvez yo soy rara para ella. En fin, a nosotras nos funciona y es realmente suficiente.

lunes, 5 de mayo de 2008

Workoholic

Llevo buen tiempo saliendo con un ser del sexo opuesto, lo cual no es raro. Claro; raro es que sea el hermano de mi mejor amiga y más raro aún es que a su mamá yo le diga tía. Aparte de eso, es una relaciòn bastante normal y me atrevo a decir que es hasta estable. Pues bien, si casi todo el balance de esa interacción sale en números azules: ¿Por qué demonios yo veo números rojos?
Fácil. Abigail tiene un novio adicto al trabajo. Cualquiera que lea esto puede pensar: ¿Tanta alharaca porque al tipo le gusta trabajar?. Lo sé. Parece un tanto exagerado: No es alcohol, no son drogas ni es infidelidad palmaria. Es sólo amor al trabajo. Pero ¿es tanto el amor a sus labores?.
La cara de ama de casa al borde del suicidio me apareció el 1ero. de mayo. Bueno, el 30 de abril cuando me dijo que trabajaría el 1ero. Entendí y pensé: Ok. Es su mugre trabajo y él lo disfruta. También trabajó el 2 (que era feriado para algunos) y vaya...oh sorpresa! también trabajó el 3 (día que supuestamente compensaría por el 1ero.). Para el 3 yo ya formaba parte de esas mujeres neurasténicas, pero silentes, de esas que cumplen bodas de plata casadas con un fantasma, pero que ocultan su resignación tras una sonrisa complaciente. Yo era una más de esas, ya no podía más (supongo que el fastidio se debió a mi exceso de tiempo libre: para mí fueron 3 feriados consecutivos haciendo nada), así que aunque no quería, una ola verborreica me atacó y lo escupí todo.
Vaya que sí era perceptivo, porque notó mi fastidio (hasta el perro que no tengo podría haberse dado cuenta de la cara que traía) y me dijo que también andaba fastidiado por su falta de tiempo. Dicho esto, pasamos a otro tema. okeyyyy....
Y es que así solucionamos los conflictos. Conversamos tres minutos sobre la molestia y por pecar de tangenciales terminamos hablando sobre el problema ecológico en Kyoto. El único problema es que cuando llega la menopausia precoz, todos los asuntos pendientes explotan..
¿Escucharon la explosión?

martes, 22 de abril de 2008

No es lo que vi en CSI!!!


En el área donde trabajo reemplazaron al jefe habitual. Y ayer apareció con cara de despistado un cuasi niño que fue designado para dirigir la oficina. Pues bien, no es difícil en realidad, es sólo cuestión de adaptarse y seguir el ritmo de trabajo de toda la institución. Ah! y también está el asuntito de presenciar las exhumaciones...


Justo ayer llegó una solicitud para que el jefe hiciera acto de presencia en la exhumación de una mujer fallecida hace 30 años. En realidad, la mayoría de las veces no es necesaria la presencia de un abogado, pero teniendo como precedente que en la última exhumación los familiares terminaron en la comisaría acusados por los vecinos de profanación de tumbas, pues era fundamentada la presencia del "nuevo" por esos lares.


Como soy curiosa, quise ir y ayer mandé una indirecta que felizmente fue captada. Lo que no sabía era que la exhumación "a la peruana" nada tiene que ver con Grissom, el tío fuerte de CSI. En primer lugar, el cementerio al que fuimos es el más antiguo y rústico de la ciudad. Tan rústico que no hay ni veredas para caminar. Siendo sincera, eso es un pampón con crucecitas y montículos de arena probablemente de algún entierro improvisado.


Pues bien, fuimos a presenciar el acto. Al llegar al cementerio entendí que eso de llevar taco aguja no había sido buena idea. Pero ya estaba ahí y vi a lo lejos a la familia de la finada:2 hijas y el viudo. Una de ellas llevaba en el cuello una cámara fotográfica para captar el "momento kodak"...hellooooo?.


Se acercaron 4 hombres con sus instrumentos y empezaron a cavar. En realidad no inspiraban confianza, pero como su trabajo era cavar: Bienvenidos sean!. Generalmente se entierra a 2 metros de profundidad, pero la señora había decidido hundirse un poco más como consecuencia de una inundación que arrasó con dicho cementerio. Así que mientras la familia contaba cómo era que había fallecido la muerta, uno de los que cavaban gritó:


"La tía no quiere salir...está bien pa'l fondo"...


No quedó más que reírnos. Esta gente está tan habituada a realizar este trabajo que lo hace sin reparo alguno. A la media hora llegó la gaseosa y las galletas para darles fuerza a los trabajadores. Ya habían hallado el féretro, así que no encontraron mejor idea que sentarse encima de Doña Lucinda (así se llamaba), para degustar su desayuno improvisado. Luego, el momento de pasarla a otro féretro. Y ahí es que vi la técnica "Plaza Vea"...


En qué consistía? Simple. Como la señora era sólo una osamenta, el atinado trabajador dijo: "vamos a tener que sacarla por piezas. Ya la armaremos arriba". Tomaron una bolsa de Plaza Vea color amarillo patito y empezaron con la faena. En el primer montón de huesos estaba la cabeza, el esternón y sus manos. También el cabello y un puñado de huesitos que según dijeron eran los dedos. En la segunda parte salió el hueso de la cadera, las piernas y un montoncito que eran los pies. Como ellos eran gente "sensible" también colocaron en el nuevo féretro una media nylon y pelo procedente de no sé qué lugar. (prefiero ignorarlo).


Cerraron el féretro y la familia contrató un taxi para que se lo llevaran a otro cementerio. A lo lejos vi las maniobras que realizaba el viudo para que su amada entrara en la maletera del carro. Díganme si el mío no es un trabajo fuera de lo común...Ok. Talvez sea malpagada y explotada, pero pocas veces veo a gente tomar Inca Kola encima del ataúd de una señora muerta hace 30 años.

martes, 15 de abril de 2008

48 horas

Llevo dos días sin salir de mi casa.
Soy la víctima de un cambio de clima violento.
Soy la muchacha afiebrada y llorosa que ruega a todos los santos que le arranquen la cabeza porque el dolor la consume y tiene hasta ganas de arrojar.
Llevo dos días confinada en mi hogar.
Lo cual no es bueno porque hasta a la chacha se le ocurrió largarse de vacaciones.
Y para colmo mi mamá nunca fue madre abnegada,
Y se acabaron las pastillas que necesitaba
Y el Panadol ahora sòlo lo venden con prescripción porque aparentemente la gente lo usa como droga para poder dormir.
Llevo cuarenta y ocho horas cumplidas aquí.
Ya no puedo seguir durmiendo, no porque no quiera sino porque la espalda me duele demasiado como para seguir echada.
Y tengo hambre, pero me duele la garganta.
Pasè todos los niveles y batí todos los récords de jueguitos tontos del celular.
Y releì a la niña mala y ahora releeré el hombre duplicado, sólo porque el cuerpo no me da para ir a una librería...
Ya cumplí 2880 minutos en mi jaula!!!
Y me acaba de dar un ataque de tos, y no me queda más que seguir tipeando
porque ya traté de morderme los codos y también que la punta de mi lengua llegue a mi nariz y no consigo ninguna de las dos.
Ya arreglé el cuarto dos veces, ya ordené un cuarto que no era mío
Y para colmo de males...creo que ya entablé amistad con mi hermana menor, la cual no es más que un pequeño Belcebú...

viernes, 14 de marzo de 2008

La ley de los "ex"

Ayer un niño me conversaba sobre la historia de su amigo el cual tenìa serios problemas con la enamorada porque ésta seguía hablando con el ex novio, cosa que a él le irritaba sobremanera. Mientras me decía esto, se me dio por revelarle un secreto, algo que aunque las mujeres neguemos, tiene algo de cierto. Aunque no sucede en el 100% de los casos, pues no podemos negar que la figura a explicar existe.
La gran mayoría de mujeres que se jactan de poseer una relación sana, natural y totlamente amical con sus ex, se mienten a sí mismas o es que simplemente ya saben de antemano que una relación amical tiene escrito en negritas "no terminar de terminar".
¿Cómo definimos no "terminar de terminar"?. Simple. No dejas a la persona ni ella a ti. Te tratas de convencer que eres pata, brother o como te plazca llamarlo; sin embargo, tarde o temprano: agarras, tiras o te vuelves a enamorar pero con más confusión. ¿Por qué si supuestamente todo está en el pasado las cosas no pueden ser naturales? Porque si has tenido cercanía, intimidad y confianza con un tipo, ya no hay vuelta atrás: te encuentras familiarizada con él y una simple amistad, siempre será un poco más cercana de lo normal.
En el caso del amigo de mi amigo, éste le pidió que le dejara de hablar al ex, cosa a la que ella se rehúsa hasta el punto que prefiere terminar con él a dejar su "amistad" con el otro. Ella no ha terminado de terminar, no ha cerrado su historia y sobretodo, no tiene el valor (como muchas de nosotras en determinado momento) de aclarar las cosas no con los demás, sino con nosotras mismas.
Mujeres...Quién nos entiende?

jueves, 13 de marzo de 2008

El brujo de las "Computers"

Soy bastante escéptica y desde siempre me ha costado mucho creer, especialmente en cuestiones paranormales. Pero dado que una amiga sentía malas vibras y otros cuatro (incluída yo) sentíamos curiosidad, pues visitamos a Clifo.

¿Quién carajo es Clifo? Clifo es una mezcla del Huachano y Juanes, porque a pesar de tener dejo colombiano, su poncho era más peruano que el cebiche. Y supongo que también tiene algo de Lion-O, porque dice que ve más allá de lo evidente.

Recuerdo que llovía, lo cual ya era de por sí un problema porque al llegar a su casa, nos remitieron a su pequeño templo (léase una choza), donde no había ni espacio para nosotros ni un techo decente para protegernos de las gotas de agua sucia que empezaban a caernos.

Empezò con la amiga que nos llevò hasta ahì. Si bien me tomè la cosa en serio porque pensè que en realidad "quitarse la mala vibra" era importarse para ella, cuando escuchè las ridiculeces que iba soltando no podìa ocultar mi carcajada. Si pensé que era raro que le dijera que la veìa trabajar con "computers"...me aterrorizò cuando le dijo "caballerita". Ok. Lo sè. Deberìamos habernos ido, pero la curiosidad siempre es màs fuerte, asì que continuò hablando màs incoherencias.

De pronto empezò a decirle a otra, mientras nos pedìa que cerràramos los ojos, que habìa tenido un aborto. Ella dijo que no. A lo que el acotò: ENTONCES VAS A TENER UNO!

Cuando llegò mi turno, como no se me ocurrìa què preguntarle sòlo atinè a interrogarlo acerca de què era lo malo que podìa sucederme. Parcamente me dijo: "Caballerita: O te casas o te embarazas". Hellooooooooooo?

Tambièn comento que una serìa millonaria, que un amigo se cogerìa a medio planeta, que tendrìamos dinero y que habìan sustos de embarazo everywhere para todas. Le pagamos (hizo el respectivo descuento por ir en grupo) y nos pidiò que difundièramos su irreverencia.

Moraleja: Cuatro mujeres, curiosidad y dinero para malgastar en brujos farsantes...no son una buena combinaciòn!!!

martes, 4 de marzo de 2008

Carta I

El final de los finales. Uno no se espera que las cosas sean así, pero nada se puede hacer cuando uno ya siente que las incompatibilidades superan a las posibilidades. Cuando algo termina sin siquiera empezar, es cuando con más preguntas te quedas: ¿Hubiera funcionado? ¿Te habría soportado?¿Me habrías soportado?. Y de pronto las interrogantes pesan más que uno mismo y las cargas a todos lados. Tratas de dejarlas a un lado y si bien lo haces; no dura mucho. Te persiguen, te acechan y están a la expectativa para calar cada vez más profundamente.
Es por eso que escribo esto. Porque quiero aligerar mi carga y respirar un poco más tranquila. Porque debes saber que nunca dudé de esto, pero sí de ti. De todo tu interés desinteresado, de tu manera de quererme tan a medias, tu facilidad para dejarme ir cuando esperaba que me llamaras a gritos, por tu manía de ser una persona totalmente indiferente.
No se reclama nada, ¿con qué derecho? Acá nadie se irroga atribuciones que no tiene. Fui tonta, cobarde y demás, pero para mí con fundamento. ¿Qué iba a ser de mí si me apegaba aún más?¿Qué pasaría si un día decidías que yo no era la persona para ti? Tanto miedo y tu plus de esa hombría que te volvía totalmente ajeno a mi vida me aterró. Huì de ahí despavorida y regresé mil veces más para lograr confundirte tanto a ti como a mí.
Conclusión: Mil interrogantes, ni una sola palabra y un vacío que dificulta que continúe con la vida que solía llevar. Talvez algún día veamos la perspectiva del otro y entendamos sólo por un segundo lo injustos que fuimos. Y si no fuera así, mis preguntas y recuerdos agridulces quedarán aquí en mi bagaje de culpas, junto a todas esas que no me dejan ser enteramente feliz.

Tiempo

"Todo pasa con el tiempo"
No es cierto. La pena no se va con el tiempo, ni el rencor tampoco. La ira no se disipa sólo porque el calendario avanza. La depresión no se vence porque ahora es marzo y talvez me sentiré mejor en Abril.
Ya sean desengaños amorosos, amicales o simplemente problemas, nadie te los quita de encima. No se trata de dejar transcurrir un periodo y olvidar. Porque por más egoísta que suene, en realidad no olvidamos. Jugamos a engañarnos y pretendemos que perdonamos al prójimo sólo para poder mirarnos al espejo y convencernos que en el fondo somos mejores personas de lo que en realidad alguna vez seremos.
Tiempo, olvido, perdón son palabras que a estas aluras ya no son aceptadas por mis oìdos. No es maldad ni tampoco es necesidad de estancarme en un periodo de mi vida que ya pasó. Pero cuando algo duele y duele dos veces más, algo se pierde en uno. Aunque no sé si sólo me pasa a mí, pero me lastimaron y me perdì de la peor manera. No encontrar a los demás es una cosa; no encontrarte a ti mismo ya es un cuadro un tanto más difícil.
No necesito tiempo para que las cosas pasen...necesito ayuda para poder respirar AHORA...no mañana, no pasado, simplemente hoy.

jueves, 28 de febrero de 2008

Vanidad, zapatos y desgracias

Ok. Aunque no soy la mujer más femenina del planeta, debo aceptar que tengo una debilidad: los zapatos. Pero no cualquier zapato: debe ser alto y con el taco delgado (taco aguja siendo más específica). Pues bien; mi trabajo (así le digo, pero en verdad es ad honorem así que eso también es algo que hago por puro vicio) hace que me movilice dentro del centro de la ciudad constantemente y como al alcalde se le ocurrió cerrar el centro històrico, debo caminar.



La parte de andar no me irrita, considerando que es el único ejercicio que me atrevo a realizar, pero algo sucedió hace dos días. Saqué mis sandalias preferidas a pasear y mientras me alistaba para demostrar que tengo dotes de equilibrista, tropecé. Doblarme el tobillo no fue lo peor, ver volar mi zapato roto, fue desastroso.Pero encontrarme sentada en la acera con cara de desorientada sin saber qué hacer y con la gente observándome comoa bicho raro, eso sí fue malo.

Mientras decidía entre si me levantaba sola o si hacía puchero para que alguien me ayudara a ponerme de pie, pasaron tres personas: dos niños y una señora. Los dos primeros me señalaron y rieron. La señora felizmente no señaló, sólo se carcajeó...

Al levantarme con la sandalia en la mano, entendí que eso de jugar a equilibrista no es necesario, que puedo ir chiquita a trabajar (léase regalarle mi tiempo a la institución), y que como mi mamá suele decir primero es la comodidad antes que nada.

Pero ahora me pregunto: Si pensé eso mientras odiaba quemarme el pie mientras pisaba la acera, ¿Qué demonios hago con una caja de sandalias nuevas taco aguja idénticas a las de antes de ayer?

Vanidad...es pura vanidad...

martes, 26 de febrero de 2008

Vicios

Revisaba hace unos minutos cuàl era la definiciòn de vicio:

Vicio: EXCESIVA AFICIÓN A ALGO, ESPECIALMENTE SI ES PERJUDICIAL

Todos tenemos uno, por más mìnimo o inocente que sea. Desde morderse las uñas hasta fumar sin parar, pasando por la ludopatía o la obsesión marcada hacia alguien. El mìo es simple, perder el tiempo frente a la pantalla tecleando sin parar para tratar de matar uno que otro demonio interior que se encuentra reacio a irse. Es vicio porque es perjudicial tanto para los lectores furtivos como para mí. El que ose terminar de leer esto, talvez puede haber perdido 3 o 4 valiosos minutos. En cuanto a mí, pues resulta medio dañino, porque me obliga a revisar una que otra cosa de mi existencia cuando releo esto y eso conlleva a que vaya descubriendo que en realidad ando tan loca como los demás piensan.

Pero: ¿Por qué en un blog?. Es simple. Los vicios se comparten, cosa que asì una se siente menos frustrada y mucho mejor!