lunes, 26 de mayo de 2008

MEDIAS tintas

Era un lunes por la tarde y esperaba sentada en una banca que empezara la clase de Filosofía. Dos niñas más estaban sentadas junto a mí; y mientras nos preguntábamos porqué demonios no llegaba el gran filòsofo, nos golpeó una interrogante, que dicho sea de paso, no es la primera vez que oigo. Queríamos saber por qué la mayoría de hombres no se quitan las medias durante el "acto amatorio" (léase sexo).
Es así como empezamos a conjeturar diversas opciones, pero nada es mejor que obtener respuestas de la fuente directa. Esta es una recopilación de la información obtenida. Ojalá ayude a las mujeres a entender el porqué de este recurrente problema antiestético que una nunca termina de entender.
Oye tú, hombre, ¿Por qué no te sacas las medias al momento de tener sexo?
1. "Si estoy en todo el foreplay, todo cae: la falda, el jean...pero las medias no...así que no hay forma que me separe de ella y le diga que espere mientras me las saco. Eso arruinarìa el momento"
2. "Si no estoy en mi casa ni en la de ella y simplemente estoy en un hotel o algún lugar improvisado, no tengo la plena seguridad de que sea un ambiente libre de hongos, así que dejo mis medias puestas porque no soy ningún novato que terminarà con una seta del tamaño de la casa de papá pitufo en el pie."
3. "Por màs que disfrute el sexo, nunca he sido muy saludable que digamos y mi mamá me dijo que si camino sin medias, me resfriarè aún más rápido."
4. "Debo aceptar que no me corto las uñas muy seguido, así que me no creo que le guste ver mis garras."
5. "Cuando estoy con una mujer, ella se despoja de todo. En cambio yo, al usar mis medias, tengo una sensación de poder sobre ella, como si con ellas dominara la situación."
6. "Simple y llanamente, tengo frío."
7. "Soy deportista y tuve pie de atleta. Mis pies son sinceramente horribles."
8. "Una vez me filmé con el celular de mi enamorada mientras lo hacíamos y ver mis medias como tan fuera de lugar, me causó gracia. Así que no me las saco, porque me gusta dar la contra."
9. "Sacarse las medias es perder tiempo por las puras. Las mujeres ni cuenta se dan al final."
Ok. Ahí las tienen. Son las irreverentes y sinceras respuestas de varios hombrecitos que optaron por decir la verdad acarce de su relación cuasi fraternal con esas simples prendas de vestir.
Ahora bien, se debe mencionar que las mujeres sí nos percatamos del detalle. Porque si todo tú, muchacho, eres trigueño; esas medias blancas, plomas o azules..como que desentonan con tu color de piel. Nos damos cuenta porque cuando pasó el momento y vemos moverse bajo el algodón a esos 10 prisioneros no podemos dejar de pensar: ¿Por qué demonios no se saca esas malditas medias?¿Será que acaso tiene 6 dedos?¿Membranas interdactilares como un pato?¿Un enorme champignon?....
Era un lunes por la tarde, no llegó el profesor..pero igual filosofé...

domingo, 11 de mayo de 2008

Mi mamá no me mima

Aún puedo recordar con claridad como me preparaba para la actuación del día de la madre en el colegio. La primera vez no la recuerdo con tanto detalle, pero tengo una foto que lo dice todo. Una niña de kinder 5 años con un uniforme horrible y un moñito que parecía una palmera. Era ella en un enorme patio acompañada de un micrófono y alrededor, cientos de alumnas mirando ya sea con atención o desgano.
¿Qué demonios hace esta niña parada con el micrófono?¿Acaso canta? o aún mejor : ¿Será que canta y baila al mismo tiempo?. Nada de eso. Ella recita un poema para todas las mamás.
Tengo àlbumes de fotos en los que el micrófono sigue estando en el mismo lugar y yo; aunque con un poco más de edad, pues lamentablemente presento las mismas fachas. Cada año me escogían para alegrarle la vida al profesorado y madres cariñosas que aceptarían sentarse bajo el sol, sólo por ver a su hija hacer una pirueta o decir una línea.
Mientras veía las caras de las mamás aplaudiendo y haciendo el barullo del caso; no recuerdo haber visto la cara de mi mamá por ahí. Lo curioso es que trabajaba en el mismo colegio en el que estudiaba. ¿Por qué no me iba a ver?
Pasaron los años y debo confesar que le rehuí a todas esas cuestiones. Hasta que me cambié de colegio y nos obligaron a todas a escribir una composición acerca de tu mamá. Como la mía es poco convencional, pues escribí lo que todos esperan oír: Madre abnegada, madre mártir, madre amor. En fin, resulta que la composición ganó en el concurso interno y fui coaccionada a salir a leerla. Aún recuerdo que mientras me paraba frente al estrado y leía mi supuesto triunfo; me sentía totalmente mentirosa...diablos! La mujer de la composición era todas menos mi vieja!!! Me sentí toda una farsante.
Y es que cuando digo que mi mamá es poco convencional, no es sólo un decir. Mi mamá es un ser raro. No me malinterpreten; la adoro, pero eso no le quita lo bizarra. El asunto es que MI MAMA NO ME MIMA!!!
1. Ella no cocina. Sabe cocinar, pero no lo hace porque de pronto le da flojera. Cuando se da cuenta que estamos optando por el canibalismo; toma una sopa de sobre, vacea el contenido en una olla y nos llama porque el almuerzo está servido.
2. Ella rehuye al contacto físico. Si le das un beso cerca a la oreja, dice que el ruido le fastidia. Si la abrazas después de almorzar, de pronto quiere arrojar. Y si aún así quiero ser cariñosa y pongo mi brazo un poquito más arriba de su barriga, de pronto la estoy ahogando.
3. Ella no consuela. Si tengo pesadillas y voy a verla a su cuarto, ella me redirecciona de vuelta al mío porque ocupo mucho espacio en su cama y tres en una cama de dos plazas..pues son multitud!
4. Ella no tiene alma de enfermerita. Cuando tengo fiebre, me aconseja que vaya por pastillas a la farmacia.
5. Ella no guarda recuerdos. Llevé a casa diplomas año tras año...y de alguna manera todos terminaron en la parte más alta del repostero. Lo mismo sucede con las tarjetas; ella las pierde de vista, hasta que se confunden y terminan probablemente entre las hojas de la Biblia o algún Petete de antaño.
Que esta entrada no suene a trauma infantil. Yo adoro a mi mamá. Es linda y súper inteligente, además de funcionar bien de amiga. Pero su fuerte nunca fue la maternidad. Magdalena cree que fuimos cambiadas al nacer. Su madre es mamá-miel y siempre busca abrazarla mientras ella corre despavorida evitàndola de todas las maneras posibles. Yo en cambio, hija-miel, corro detrás de mi vieja mientras ella se rehúsa a ser tocada por más de minuto y medio.
No me quejo, ella es rara para mí o talvez yo soy rara para ella. En fin, a nosotras nos funciona y es realmente suficiente.

lunes, 5 de mayo de 2008

Workoholic

Llevo buen tiempo saliendo con un ser del sexo opuesto, lo cual no es raro. Claro; raro es que sea el hermano de mi mejor amiga y más raro aún es que a su mamá yo le diga tía. Aparte de eso, es una relaciòn bastante normal y me atrevo a decir que es hasta estable. Pues bien, si casi todo el balance de esa interacción sale en números azules: ¿Por qué demonios yo veo números rojos?
Fácil. Abigail tiene un novio adicto al trabajo. Cualquiera que lea esto puede pensar: ¿Tanta alharaca porque al tipo le gusta trabajar?. Lo sé. Parece un tanto exagerado: No es alcohol, no son drogas ni es infidelidad palmaria. Es sólo amor al trabajo. Pero ¿es tanto el amor a sus labores?.
La cara de ama de casa al borde del suicidio me apareció el 1ero. de mayo. Bueno, el 30 de abril cuando me dijo que trabajaría el 1ero. Entendí y pensé: Ok. Es su mugre trabajo y él lo disfruta. También trabajó el 2 (que era feriado para algunos) y vaya...oh sorpresa! también trabajó el 3 (día que supuestamente compensaría por el 1ero.). Para el 3 yo ya formaba parte de esas mujeres neurasténicas, pero silentes, de esas que cumplen bodas de plata casadas con un fantasma, pero que ocultan su resignación tras una sonrisa complaciente. Yo era una más de esas, ya no podía más (supongo que el fastidio se debió a mi exceso de tiempo libre: para mí fueron 3 feriados consecutivos haciendo nada), así que aunque no quería, una ola verborreica me atacó y lo escupí todo.
Vaya que sí era perceptivo, porque notó mi fastidio (hasta el perro que no tengo podría haberse dado cuenta de la cara que traía) y me dijo que también andaba fastidiado por su falta de tiempo. Dicho esto, pasamos a otro tema. okeyyyy....
Y es que así solucionamos los conflictos. Conversamos tres minutos sobre la molestia y por pecar de tangenciales terminamos hablando sobre el problema ecológico en Kyoto. El único problema es que cuando llega la menopausia precoz, todos los asuntos pendientes explotan..
¿Escucharon la explosión?