martes, 15 de julio de 2008

Y qué?

Mucha gente me llama harpía y hasta hace poco, me importaba algo. Ahora, simplemente me da lo mismo ser tan abyecta como el demonio que poseyó a Linda Blair que hizo que bajara las escaleras como arañita. Puedo aceptarlo y manejar la posibilidad de que me irritan muchas cosas. Me jode terriblemente el ruido, especialmente las carcajadas bulliciosas de gente que celebra alguna broma sin sentido por más de media hora y se ríen sin ganas, golpeando algún mobiliario (léase silla, mesa, o cualquier objeto que soporte varios golpes seguidos sin quebrarse). Odio cuando alguien se acerca a saludarte y en vez de darle un beso "al aire", de pronto te encestan un beso realmente efusivo tipo san bernardo y te dejan toda la cara llena de babas. O cuando los hombres (sin discriminar edades) deciden que en aras de su comodidad sería óptimo arreglarse los "detalles" sin importarle quién ande alrededor. Si yo no me toco en público, ¿qué les hace pensar a ellos que está bien que ellos lo hagan?. La gente pacífica que pretende que la vida es amor y te sonríen todo el día sin razón y hasta pueden parafrasear a Deepak Chopra para derramar optimismo por todos lados. Si los libros de autoayuda no son lo mío, menos lo serán la gente que puede decirte que para ser feliz con los demás, primero debes apelar a tu confianza interna. A los hombres que preguntan la hora para iniciar una conversación. A la gente que tiene locutorios o un celular en la mano y se acercan y te dicen todo el día: "Llamadas joven, llamadas". Tengo ganas de ahorcar a aquellos que no te conocen y te dicen "amiga", "amix", "amia" y sus derivados. A los hombres que dicen "te amo" al segundo día de relación. A la gente que aplaude por todo: muere un mosco., aplauso. Pasa su vieja, aplauso. Todo para ellos es una fiesta. A los viejos verdes que pretenden levantarse una chibola sin darse cuenta que si con las justas están en pie, difícil será desempeñar semejante actuación. Detesto a a Telefónica que no me deja hablar tranquila con mi cabra e imposibilita que exorcise mis demonios interiores. Odio los fordwards de Cristo, de amor, de amistad y sobre todos esos que dicen que reenvíes y aparecerá la primera letra del nombre de tu verdadero amor. Me exaspera la gente que llora por todo y hasta sin razón. Peor aún los que usan lágrimas-remedio (solucionemos el conflicto llorando, porque soy sensible). Pero sobretodo odio al maldito antivirus que al parecer no funciona en esta freaking laptop. Patearé este aparato.
Soy harpía...so what?