En el área donde trabajo reemplazaron al jefe habitual. Y ayer apareció con cara de despistado un cuasi niño que fue designado para dirigir la oficina. Pues bien, no es difícil en realidad, es sólo cuestión de adaptarse y seguir el ritmo de trabajo de toda la institución. Ah! y también está el asuntito de presenciar las exhumaciones...
Justo ayer llegó una solicitud para que el jefe hiciera acto de presencia en la exhumación de una mujer fallecida hace 30 años. En realidad, la mayoría de las veces no es necesaria la presencia de un abogado, pero teniendo como precedente que en la última exhumación los familiares terminaron en la comisaría acusados por los vecinos de profanación de tumbas, pues era fundamentada la presencia del "nuevo" por esos lares.
Como soy curiosa, quise ir y ayer mandé una indirecta que felizmente fue captada. Lo que no sabía era que la exhumación "a la peruana" nada tiene que ver con Grissom, el tío fuerte de CSI. En primer lugar, el cementerio al que fuimos es el más antiguo y rústico de la ciudad. Tan rústico que no hay ni veredas para caminar. Siendo sincera, eso es un pampón con crucecitas y montículos de arena probablemente de algún entierro improvisado.
Pues bien, fuimos a presenciar el acto. Al llegar al cementerio entendí que eso de llevar taco aguja no había sido buena idea. Pero ya estaba ahí y vi a lo lejos a la familia de la finada:2 hijas y el viudo. Una de ellas llevaba en el cuello una cámara fotográfica para captar el "momento kodak"...hellooooo?.
Se acercaron 4 hombres con sus instrumentos y empezaron a cavar. En realidad no inspiraban confianza, pero como su trabajo era cavar: Bienvenidos sean!. Generalmente se entierra a 2 metros de profundidad, pero la señora había decidido hundirse un poco más como consecuencia de una inundación que arrasó con dicho cementerio. Así que mientras la familia contaba cómo era que había fallecido la muerta, uno de los que cavaban gritó:
"La tía no quiere salir...está bien pa'l fondo"...
No quedó más que reírnos. Esta gente está tan habituada a realizar este trabajo que lo hace sin reparo alguno. A la media hora llegó la gaseosa y las galletas para darles fuerza a los trabajadores. Ya habían hallado el féretro, así que no encontraron mejor idea que sentarse encima de Doña Lucinda (así se llamaba), para degustar su desayuno improvisado. Luego, el momento de pasarla a otro féretro. Y ahí es que vi la técnica "Plaza Vea"...
En qué consistía? Simple. Como la señora era sólo una osamenta, el atinado trabajador dijo: "vamos a tener que sacarla por piezas. Ya la armaremos arriba". Tomaron una bolsa de Plaza Vea color amarillo patito y empezaron con la faena. En el primer montón de huesos estaba la cabeza, el esternón y sus manos. También el cabello y un puñado de huesitos que según dijeron eran los dedos. En la segunda parte salió el hueso de la cadera, las piernas y un montoncito que eran los pies. Como ellos eran gente "sensible" también colocaron en el nuevo féretro una media nylon y pelo procedente de no sé qué lugar. (prefiero ignorarlo).
Cerraron el féretro y la familia contrató un taxi para que se lo llevaran a otro cementerio. A lo lejos vi las maniobras que realizaba el viudo para que su amada entrara en la maletera del carro. Díganme si el mío no es un trabajo fuera de lo común...Ok. Talvez sea malpagada y explotada, pero pocas veces veo a gente tomar Inca Kola encima del ataúd de una señora muerta hace 30 años.
1 comentario:
Hola!Que tal?
Pues no sé yo que decirte...hoy en dia nadie tieen reparos ni escrúpulos en hacer cosas como las que tú has dicho : comer galletas sobre el cadáver de una señora...y también está lo de soltar esas "perlas" sobre lo profundo que está enterrada...¡Qué poca sensibilidad!
Aunque siempre me ha intrigado y no me importaría presenciar una exhumación...debe ser como mínimo insólito xD
Un saludo y buen blog querida amiga ;-)
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